¿Y cuando el alma no puede más y se cansa?
El alma no se cansa.
Pero yo sí.
Tu no eres sólo un alma.
Pero sólo soy.
Sí.
Entonces, ¿y si sólo me canso?
Duerme y sueña que vives, somos todos un reflejo.
Y entonces, ¿cómo?
Cierra un momento los ojos
hasta que la vida, en sueños, te despierte.
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