Ella, la primera mujer pájaro, llevaba polleras al aire, andaba descalza entre la niebla ciudadana de ojos y corazones oxidados. Dejaba volar su imaginación sólo porque no podía hacer otra cosa. Atarla hubiera sido un suicidio en tercer grado. Se dejaba caer sobre la cama, su cabeza asomándose hasta el piso, boca arriba. Así miraba cómo el mundo al revés se volvía coherente consigo mismo. Las lámparas-telaraña salían del suelo, los sillones colgaban en el techo y el sur se volvía norte de nuevo. Para ella no había luz ni oscuridad; sólo día y noche. Compraba jamón cocido para los perros de la calle, cultivaba jazmines y plantas de albahaca. Miraba las estrellas al atardecer, dejaba que se deslizaran sus sueños hasta el alba.
La segunda mujer pájaro repetía comidas semana de por medio. Los lunes albóndigas con pasta, los jueves espaguetis a la carbonara. Dejaría que pasaran cuatro días hasta anunciarle a su marido que la nena no quería ser doctora. Pasaba el plumero dos veces seguidas, usaba guantes, y nunca llegaba a una reunión sin sus masitas caseras recién horneadas. Hacía ñoquis el 29, tapaba bien el pan para que no se secara, y nunca, bajo ningún concepto, barría algo de noche.
El perro en el jardín, y las flores de plástico sobre la mesa con hule del comedor, hasta las 12 en que servía el vino tinto con soda y el almuerzo.
La mujer con permanente impecable y uñas largas, de vestidos de lunares blancos sobre fondo negro, jamás hubiera imaginado que tenía cuerpo de pajarito .
Encerrada en su propia jaula de jarrones chinos y tapetes tejidos a crochet, sabía de la existencia de las otras mujeres pájaro, las verdaderas mujeres voladoras.
Esas que simplemente habían dejado la puerta abierta, sin jaulas que mirar desde el cielo.
para Tuky,
mujer pájaro cultivadora de jazmines.
mujer pájaro cultivadora de jazmines.
2 comentarios:
Gracias hermosa!! por volver a la "gueb" y por estar siempre, siempre.
Te quiero (te lo digo aunque ya lo sepas)
Gracias Tuky
yo también :)
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