02 julio, 2011

Felicidad

Llego a casa un sábado a la noche después de trabajar; me saco las zapatillas, me lavo y caliento los pies que pasaron frío toda la tarde. Entonces me despeino, vuelvo a vestirme de algodón y lana, me calzo los zoquetes mágicos que me regaló una amiga para que pueda andar en patas sin pasar frío, y empiezo a prepararme una ensalada de tomate, zanahoria, ajo y semillas de calabaza salteadas, mientras se cocina el resto. Como mi ensalada tibia y escribo esto.
Eso
me hace feliz.