19 octubre, 2004

Ecos futuros



Unas manos que acarician el pelo de alguien que duerme. No despiertes todavía, el rayo de luz se filtra por la ventana, sol de mediodía, aire de espacio fluyendo sin pausa. No despiertes todavía, que falta sol y falta luz, espera que yo lo traiga, descansa mientras tanto, tu que puedes, antes de abrir los ojos al vacío. Infinito, vida, olor a tierra fría, mundo y personas, pasos de cebra en centros de ciudad, humo y gente que corre que se abriga y huye eternamente de si misma. Rápido, no te apures vas a llegar tarde a ningún lado, donde trabajas. Pero espera, eso no existe, ni yo, y las dos inexistencias se vacían, se completan, se transmutan a algo más palpable, como los noticieros de fin de semana que emiten catástrofes y dolores mundiales, sangre y fuego, aire negro y alaridos. No quiero eso, no sirve que yo llore, no sirve mi agonia, ya hay bastante, paren. Si se puede hacer algo, que se haga, lo demás no sirve de nada, gritar no sirve de nada si el grito es silencioso y hacia adentro, si nunca pasa la línea prohibida del firmamento oscuro. No llores, no gastes tu energía, no desaproveches la ocasión de estar al dia, vive. Y grita. Y el sol asoma por el balcón, se vuelve a hacer de día, no significa que mañana lo sea, no, pero hoy vuelve. No despiertes todavía es muy temprano para el alba o el centímetro de frío, el tratado sobre un master en tribulogia.









(y no, yo tampoco tengo la menor idea de qué significa tribulogía, ni mucho menos un master en eso.)



pd: acabo de descubrir (g g, gran google) que tiene algo que ver con la mecánica de fluidos. No tenía ni idea. "Viaje a las profundidades de la mente -de Ute-", el famoso libro de Isaac Asimov.

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