17 agosto, 2005

La niña que salvaba a las polillas


la niña que salvaba a las polillas vivía dentro de un frasco de metal y vidrio esmerilado. De todas formas no importa mucho, porque ella no sabía que el vidrio era esmerilado, ni lo que significaba. Una noche la luz de su frasco atrajo a una pequeña polilla de alas brillantes que cayó en el estanque del jardín.

(lo que pasa es que el frasco de metal tenía un jardin adentro, guardaba noches, lunas y soles de repuesto por si alguno se caia -cuando pasaba eso le producia hinchazon en el pie al señor cornelio, que se encargaba de esas cosas y siempre estaba abajo en el momento del derrumbe-). Junto al frasco de la niña habia un vecindario de pequeños recipientes. Cada uno contenía un mundo entero del color y tamaño de su dueño. Aunque no eran dueños, eran más bien habitantes. Cuando uno crecía, salía del frasco quién sabe hacia qué lugar (nunca volvieron, pero cada tanto mandaban mensajes diciendo que estaban bien, directos al corazón).Este frasco era verde hierba, celeste algunos dias, otros rosa clarito. Y así era la ella, salvo cuando se enojaba. Entonces todo se volvía opaco y metálico (porque era de metal, pero no lo parecía).


Desde su ventana vio caer algo en el estanque. Salió curiosa y descalza bajo la llovizna a ver de qué se trataba.Y la vio ahí, nadando desesperada por salir.

Extendió su mano y la metió en el agua para sacarla

con la pequeña polilla en su interior.

"vamos, subi" y la polilla cambio de mano y descansó.


Desde entonces la niña vigila sin vigilar dentro de su frasco. A veces se despierta por la noche, otras simplemente deja de leer y abre la puerta para confirmar que de nuevo una polilla cayó al estanque

y tiene que salvarla

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