17 julio, 2006

"Según esta tribu, la vida y la vivencia se mueven, avanzan y cambian. Me hablaron del tiempo en que se vive y del tiempo en que no se vive. La gente no vive cuando está furiosa o deprimida, cuando se compadece de si misma o está llena de temor. Respirar no es un fac­tor determinante de la vida. Simplemente sirve para in­dicar a los demás qué cuerpo está listo para el funeral y cuál no. No todas las personas que respiran están vivas. Está muy bien poner a prueba las emociones negati­vas y comprobar qué se siente, pero desde luego no es prudente ahondar en ellas. Cuando el alma se halla en forma humana, la persona juega a ver qué se siente sien­do feliz o desgraciado, celoso o agradecido, o cualquier otro sentimiento. Pero se supone que ha de aprender de esa experiencia y, en último término, descubrir qué le produce placer y qué le produce dolor."

Marlo Morgan, Las voces del desierto.

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