13 febrero, 2009

Maktub

Maktub sueña en el piso. Mueve las patitas, suspira.

Así paso todo, en un ratito. En los 24 minutos tarde que salí del trabajo, un 12 de Febrero, apareció ella. 
Su cuerpecito negro esta flaco y cansado, sucio de dormir hecho un bollito en la vereda. Tiene los ojos raros, como de perra vieja que casi no puede ver las cosas de allá afuera, pero sabe bien la esencia de todos los continentes.

Le hice unos mimos. 
¿Estas bien?
Me miro. Empezó a caminar conmigo.
Si querés venir, tengo casa y comida, le dije. 
¿Querés?
Y venia. Hasta que empezó a ladrarle a los autos que pasaban. Solo a algunos. 
Y a la gente que pasaba. Solo a alguna.

Maktub sabe ver lo que los otros no ven con sus ojos. 

Le dije que dejara de armar quilombo en la calle, que así no íbamos a ningún lado. 
Y amague con irme, pero no pude.
Me gire y ahí estaba, mirándome, parada.
-No tenés que gritar así che. Te puede pisar un auto!

Se volvió a hacer un bollito en la vereda. Con esos ojos tiernos llenos de tristeza. Le hice mas mimos. 
¿Querés venir conmigo?

Y al final vino. Y le ladro a todos (pero solo a algunos) por el camino. Y persiguió coches, aunque estaba exhausta.





Maktub sueña en el piso y Ute, o Septiembre, o cualquiera de los nombres por los que la llaman, siente vértigo: como paso tan rápido de tener que sobrevivirse, a tener una almita a cargo?

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 Y ese vértigo es hermoso.





Maktub
del árabe; significa  'escrito' o 'esta(ba) escrito'.  También 'letra'. 
Es una forma de llamarle a los hilos del destino, cuando se cruzan por alguna de esas casualidades-que-tienen-que-ser. Su nombre llego a mi igual que ella; de 'casualidad'.



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PD sobre hilos invisibles

Ayer a la tarde, antes de saber que Maktub existía en una vereda, tome un libro y leí al azar:

(. . .) de aquella marcha hacia la nada. Y entonces ¿para que?
Y cuando llegaba a ese punto y cuando parecía que ya nada tenia sentido, se tropezaba acaso con uno de esos perritos callejeros, hambriento y ansioso de cariño, con su pequeño destino (tan pequeño como su cuerpo y su pequeño corazón que valientemente resistiría hasta el final, defendiendo aquella vida chiquita y humilde como desde una fortaleza diminuta) , y entonces, recogiéndolo, llevándolo hasta una cucha improvisada donde al menos no pasase frío, dándole algo de comer, convirtiéndose en sentido de la existencia de aquel pobre bicho, algo mas enigmático pero mas poderoso que la filosofía parecía volverle a dar sentido a su propia existencia. 


Ernesto Sabato, Sobre Héroes y Tumbas.






* se pronostican mejores fotos.


5 comentarios:

querés melón? dijo...

ay nena, sos un amor

Tuky dijo...

eyyy !!! tenemos mascota en septiembre!!!! wiiiii!!!
Es hermosa Ute :) y mirá que amiga se ligó la cachorra!!

Ute dijo...

:)

'Maku' es un amor

Florencia dijo...

Sos una dulzura y me alegra que estes bien acompañada.

Cako dijo...

Maktub y vos...
Que lindo encuentro...