14 agosto, 2006

No queda nadie para rescatar a nadie. Sólo nosotros. Nosotros y el viento. Dormidos, despiertos, desnudos, descalzos, con sed, con agua y hielo, con paz, sin manos, con piedras en los zapatos y árboles en los bolsillos.

Sólo estamos nosotros para salvarnos. Nosotros y el aire. Nosotros el mundo, todos los sueños. Nosotros y nuestro pelo que crece largo largo para salvar alturas y llegar al cielo de baldosas en la vereda de enfrente.
Nosotros, que tenemos la boca llena de alma, el alma llena de geranios y pocillos y flores de desierto, miles de figuras para no contar.

Somos parte del aire que crece entre nosotros y ellos. Somos algas de día, peces de noche y bichitos de luz que corren, corren, corren cada vez más rápido entre la gente y los trenes y los pasos de cebra de medio mundo, para llegar al agua que todo lo pule, lo limpia y lo purifica.
Que nos saca todo y nos deja ser
sentir
vivir
amar hasta no poder nunca dejar de ser amando porque es eso.

Somos aire de todas las regiones conocidas, también de las mas bajas. Somos tierra de la cumbre más alta del mundo, cubierta de hierba seca y de besos de cajón, todo mezclado, todo junto.
Somos la sed que nos da el agua del fondo más profundo de un estanque,
somos la última célula viva de un sol que se está reuniendo con si mismo.

somos luz
somos el amor más puro que el amor,
el día de noche y todo el puzzle infinito
que se arma y se deshace hoy
aquí
ahora.

somos algo que sólo puede ser:

-.nosotros.-

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