20 julio, 2004

Cada vez que hablo

De mi boca a todos, a mí. Cada vez que hablo, que río, que puteo, todo eso se transforma en algo que ni yo conozco, pero de lo que soy responsable.
Las palabras pronunciadas tienen más poder del que imaginamos. Una palabra llena de día, trae luz. Una palabra dicha oscura, trae oscuridad.Y van mutando. Se deslizan de boca en boca, quiénsabe qué desencadenarán.
¿Qué pasaría si todos a una, a la hora señalada, dijéramos "paz" en voz baja (los oídos del mundo son muy finos)? No se sabe, de momento nunca nos pusimos todos de acuerdo. En qué idioma es lo de menos, porque lo que vale es el sentido que le damos, no cómo lo pronunciemos. Estaría bueno probarlo.

Paz

No hay comentarios: