29 julio, 2004

Reciclaje mental II y medio

Siguiendo con el reciclaje, catarsis de cuando los estados unidos atacaron irak, mezclado con otras cosas que hicieron que saliera esto (no está terminado, no pude). Si están deprimidos no lo lean.

Premonición oscura de miedo y exilio

En las sombras de un parque rojo
agonizan desnudos los sueños de los niños
vivos aún
con la guerra entre la carne,
desangrándose.

Él está ahí , sentado en la arena,
abrazado a su madre muerta.
El sol se pone en el horizonte
para siempre
llora siglos de horror
en su memoria.


ya vienen hijo no llores que mamá está acá
te quiero no te olvides pensá en mi cuando estés triste
sé libre, sé fuerte
aunque te esperen para luchar no dejes que lo hagan de nuevo
ahora no digas nada pensá en tu padre
ya llegan no salgas corriendo quedate acá conmigo
tranquilo mi vida, esto va a pasar rápido no llores


Y luego sus voces

No te preocupes, total se van todos a la mierda,
el mundo es así, hermano, no te hagas problema,
tu vieja también va para allá
pero no pasa nada
venimos a traer la paz con claveles de hierro sobre el hombro.


Despierta

Entonces los ve venir


Los autores de un sufragio sanguinario,
hombres sombríos que no saben
que el agua es para beber
y no para ahogar a los muertos

Se acercan

Pobre nene, perdió a sus papás,
dicen ahora
y lo recogen,
y sonríen a las cámaras de televisión
-aunque esto nunca llegará a emitirse-.
Nosotros lo curamos,
nosotros somos buenos
Y lo llevan a un hospital
mientras matan a millones y millones de hambres.

Él pega un grito
de espanto,
de dolor propio y ajeno
que rasguña su garganta:

Mataron a mi padre,
mataron a mi madre, golpearon
Asesinaron
me mataron la vida
cabrones
¿ahora me quieren cuidar?

Y duele tanto la libertad reprimida
que gritan sus ojos porque su boca no puede

A los hijos de los pobres
pisoteados en la miseria
les avisan
a los incautos, dicen,
que no muestren que saben lo que pasa.

Recuerda el cine mudo
mientras lloraba en la cama

la luz apagada, el terror rompiendo la puerta,
su padre de rodillas, el tiro en la nuca,
el frío colegio sin cristales, sin marcas
sin huellas de la noche;
su boca y el sabor a hierro.


El pueblo sigue muriendo
por días, por horas, tan sólo
por tener ideales,
por no querer olvidar.

Y sin embargo
mañana
despertaremos sin nombre
sin pasado,
condenados a revivir la muerte.

No hay comentarios: