21 enero, 2005

día soleado de invierno



post reciclado * -y ortográficamente incorrecto. porque sí-



Cuando era niña (más) vivía sin pasado, porque no tenía. Vivía el presente. Pocas veces me cuestioné el futuro, y cuando lo hice y empecé a pensar en eso, me volvi mayor.

Cuando era chiquitita (más) vivía el momento. Sabía sin saber que sabia. Creía en la gente buena (también en la "mala"), creía que los secretos podían contarse, que la sonrisa de mis padres era el regalo más lindo del mundo, así como los globos de cumpleaños y mi hermana.Si, mi hermana! Mis abuelos. Y mi osito de peluche. Y más. Sin orden de preferencia. Tantas cosas...Cuando era pequeñita creía. Creía en los cuentos.

Creía que los grandes eran divertidos, que escaparse a la hora de la siesta era normal, y que papá noel hacía sonar los cascabeles en el patio. No recuerdo qué soñaba, ni si soñaba con algo, salvo cuando tenía fiebre, que siempre veía un globo rosa, viajando con lentitud a través de un cielo azul celeste, para terminar en una masa marron, pesada, aterrorizante.

Pero era feliz, sin pasado ni futuro. Las tristezas, duraban lo que tienen que durar. Jugaba con los bichitos, me tomaba el suero fisiológico y masticaba las aspirinas infantiles -seh, pero cada tanto eh-. Y la cuidaba a mi hermana. Y la hacia enojar. Y los chicles eran lujos de fin de semana, leer un logro, andar en bicicleta y conversar alguna vez con el viejito vecino. Jugar. Vivir. Con eso me bastaba.



Ahora que soy grande me mareo con trabajos, con horarios y trámites, con discusiones estupidas, reclamos, vueltas, rebusques.

Alucinaciones egocentricas y no presentes. Vivo en pasado o en futuro, cuando en realidad, todo es presente. Cuando llegue el futuro, dentro de unas milesimas de segundo o unos años, cuando haya terminado de escribir esto, va a seguir siendo presente, eternamente.

Y lo demás, no existe. Sí, tengo pasado: las experiencias que guardo hace años, algunas llenas de polvo, otras relucientes que limpio a diario, sirvieron para aprender. Pero ya no más. No se aprende en pasado. Se aprende en presente. Así que hago limpieza. En presente, no en futuro. También haré limpieza de futuros, para que no lleguen antes de tiempo y me llenen de cosas el hoy.







pd: un amigo dijo la otra vez que los adultos son los únicos culpables de tener cara de amargados (muchos). Quien conserva siempre algún resto de inocencia, de niñez, lo lleva en la mirada y en la sonrisa (en todo el cuerpo, en realidad). Toda la vida.





* nota mental: no hacer tratos con bloggers. (ejem)

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